La Venezuela del siglo XIX
El comienzo del siglo XIX fue pródigo en
hombres que lo exponían todo para obtener la Independencia de Venezuela. A esto le seguiría otra legión de hombres
empeñados en sacrificar a Venezuela, en gobernar el país como si fuera una
finca privada, para satisfacer su insaciable prepotencia.
De esta forma, desde
1830 se tiñe la Historia Patria de guerras y muertes. El País se va agotando con
su gente, cada vez más empobrecido, cada vez más desangrado.

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Esquina de la Torre
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El 21 de diciembre de 1855 nace en el
seno de la familia de los Lagrange su cuarto descendiente: una niña, bautizada
en la Iglesia de San Pablo y de nombre Ysabel. La familia Lagrange tenía una buena posición económica y una sólida formación y práctica
cristiana que creó el ambiente para que
la futura Madre Ysabel formara su personalidad y logrará integrar en ella
valores netamente humanos y evangélicos.
Para este momento Venezuela se encontraba bajo la Presidencia de José Tadeo Monagas, Caracas era una ciudad provinciana a pesar de ser Capital de la República. La actividad cultural seguía alentada desde la Universidad que poco a poco se desligó del Seminario. La Institución pública seguía siendo deficiente. Venezuela era un País eminentemente agrícola y esta situación, en medio de guerras y revueltas, no era la más propicia para que prosperara.
Para este momento Venezuela se encontraba bajo la Presidencia de José Tadeo Monagas, Caracas era una ciudad provinciana a pesar de ser Capital de la República. La actividad cultural seguía alentada desde la Universidad que poco a poco se desligó del Seminario. La Institución pública seguía siendo deficiente. Venezuela era un País eminentemente agrícola y esta situación, en medio de guerras y revueltas, no era la más propicia para que prosperara.
Durante el período de 1870 a 1877, asume
su primera Presidencia Guzmán Blanco, quien mantuvo muy malas relaciones con la
Iglesia Católica debido a su concepción de que el Estado debía estar
completamente independiente de la
iglesia. Su posición lo enfrentó a la jerarquía eclesiástica. Como resultado
expulsó del país a Monseñor Silvestre Guevara y Lira, Arzobispo de Caracas,
y a Monseñor Juan Hilario Bosset, Obispo
de Mérida, suprimió los seminarios de varones y los conventos de monjas; sus
edificios los puso al servicio del Estado.
Puso en manos de la universidad la
enseñanza de las materias eclesiásticas; estableció el registro civil; se
prohibió celebrar bautizos, matrimonios o entierros sin la constancia de
haberse cumplido antes la formalidad civil; prohibió el pago de primicias que
hacían los fieles a la iglesia; los cementerios pasaron a ser controlados por
el Estado; estableció el matrimonio civil, destruyó templos como el de San Pablo en
Caracas , donde erigió el Teatro Guzmán Blanco .
Esos condicionamientos políticos afectaron a
la Iglesia en forma decisiva. Esa Iglesia aturdida, humillada, atropellada será
el viejo tronco del cual nace el renuevo vigoroso de la Congregación de las
Hermanas del Sagrado Corazón de Jesús.
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Esquina de Capitolio |
En la Caracas en que crece Madre Isabel,
la miseria era grande y como siempre los estratos inferiores de la sociedad
eran especialmente golpeados. A esto debe añadirse las deficiencias sanitarias
que acortaban la vida de los adultos y desembocaba por necesidad en una gran
cantidad de niñas huérfanas, pordioseras y abandonadas, sin futuro ni
horizonte. Siendo niñas sólo subsistían con la mendicidad, y de mayorcitas - con demasiada frecuencia – sólo encontraban empleo en la prostitución. En
Caracas sólo había un Colegio Nacional de Niñas, fundado en 1858 y a él no
tenía acceso cualquiera.
Por la importancia que tuvo el Padre
Calixto en la vida de Ysabel, sobre todo, en la Congregación que ella fundaría,
es interesante mencionar algo de su vida. Nació el 14 de Octubre de 1855. Su
formación transcurrió en el tiempo en que el presente y futuro de la iglesia
venezolana era incierto y muy golpeada por los gobernantes de turno. El Padre
Calixto ingresa en la Orden Franciscana Seglar en 1870, en el Templo de San
Francisco y una de sus primeras preocupaciones fue restaurar el templo.
En 1889, se da el primer contacto entre
Isabel y el Padre Calixto, y días después Isabel le expresa: ¨Padre, estoy
resuelta a fundar una Congregación, bajo la protección del Corazón de Jesús y
de Nuestro Padre San Francisco de Asís y recogeré a todas las muchachas pobres
que encuentre ¨.
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Padre Calixto |
Muchas fueron las dificultades que debieron
ser superadas. Fundar una nueva Congregación Religiosa era una aventura, pero
hacerlo en la Venezuela de 1890 era mucho más que eso. Era Presidente de la
República Rojas Paúl y hacía sólo dos años que había concluido la paranoica era
guzmancista. Muchas de las leyes anticlericales de su tiempo seguían en
vigencia y los oscuros cerebros que las apoyaban aún detentaban su cuota de
poder. Había signos de esperanza pero éstos eran aún muy confusos. De todos
modos, el tesón y la valentía de Isabel y del Padre Calixto llevaron las cosas
a su término.
El
día 4 de Octubre, fiesta de San Francisco de Asís, a las 5:00 de la tarde, en
una casa sencilla donde se habilitó un pequeño oratorio, rodeadas de familiares
y miembros de la Tercera Orden Franciscana, las fundadoras comenzaron el
caminar de la nueva Congregación que tendría como misión además de procurar la
santificación de sus miembros, como fin secundario, las obras de caridad para
la Gloria de Dios y la salvación del prójimo. Entre las fundadoras se
encontraban además de Ysabel, las señoritas Adela Alvarez Chapellín, Vicenta
Ponce Suárez, Teresa Aguerrevere Michelena, Isabel Lange y Francisca Basalo.
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Esquina de las Monjas |
Desde
este primer momento y en la misma casa comienza a funcionar el Asilo ¨ San
Francisco de Asís¨ con ocho muchachas. Ysabel queda constituida como Superiora
de las Hermanas Franciscanas del Sagrado Corazón de Jesús y Directora del Asilo.
Siguiendo una costumbre de la época, muy en boga dentro de la vida religiosa,
las hermanas en vez de apellido empiezan a utilizar el término ¨ … de San Francisco de Asís ¨. Es así como se inicia esta historia de la
Congregación fundada por nuestra Madre Ysabel de San Francisco de Asís.
Como siempre sucede los desajustes de la
sociedad recaen sobre los más débiles. Nunca pagan los culpables. Venezuela cansada
de tantas rencillas y arbitrariedad se había llenado de gente pobre, cada vez
más pobre, sobre todo tratándose de niños, creando una situación verdaderamente
dramática. La iniciativa de la Madre Ysabel brilló como un relámpago en la
noche, era una chispa de esperanza para cientos y cientos de venezolanos.
Pero esta fundación no quedó allí,
siguieron otras cada una con una historia y unas circunstancias particulares.
Madre Ysabel fue descubriendo nuevas perspectivas para ella y su Congregación.
Nunca pensó que aquella ilusión que Dios sembró en su corazón, de recoger niñas
huérfanas y abandonadas y dedicarse a su cuidado e instrucción, crecería como
un árbol frondoso que cubriría con su sombra otras muchas dimensiones de la
indigencia humana. Con la fundación del primer Asilo en Caracas, se pudo
comenzar el aprendizaje que se hizo evidente en cada una de sus fundaciones.